viernes

Por tu ética

Me gusta escuchar tus palabras cuando hablas de ética.
Te transformas en esa voz interna que se encierra para
evitar el enfrentamiento, eso que callo por la culpa.

Férrea, tus palabras hacen eco en las cuatro paredes
ante el ojo critico y no critico, el oído sordo y el atento,
te miro, y sonrío.

No escatimas en acentos, en posiciones, en opiniones.
Ejerces ese derecho que muchos olvidan, y eres
víctima constante de las miradas incrédulas.

Hablaste de ética, en una clase de negocios. Cuantas
personas que están en negocios olvidan o quisiesen olvidar
esa palabra, sin contar quienes hacen política.

"El Lobby se hace, es valido, pero poco ético".

Un pequeño alcance:
"Hacer Lobby, en términos generales, podría describirse
como aquella forma de ejercer presión realizada por ciertos grupos."

En política se da mucho el Lobby, y en los negocios es un recurso
que muchas veces puede solucionar problemas en corto tiempo que
hecho ordinariamente puede llegar a ser bastante engorroso.
Además se materializa en alianzas estratégicas que permiten
en conjunto el alcance de un objetivo más fácilmente.

Humilde mente aceptaste que, tu futuro laboral se ve beneficiado por
este Lobby. El cual se ve reflejado en un puesto laboral que tienes
casi reservado, predestinado a tu sombra.

En ese momento reí. En parte por el cruel destino de quienes no
tenemos ángeles en la corte, y por ti.
¿No es acaso el Lobby uno de los muchos disfraces que adopta la
subestima?

Aceptar el pituto, aceptar que tu posición mas que suerte es una
ayuda de externos es basurear todos los esfuerzos en los que has
debido incurrir para tener esa voz que suena tan segura de si misma.

Aceptar el pituto, es decir que no tienes la capacidad de obtener el
puesto por tus capacidades, por tu merecimiento, por tu astucia.
Y odie tu comentario. Odio cada vez que una persona se quita
crédito y se escusa. Pero no me atrevería a interrumpir tu palabra.
Hacerlo, me obligaría a seguir riendo.

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