viernes

Efec. Dopleer.

Cuando pensamos en repercusiones, y pensamos en como no hacer daño,
nuestro intelecto se preocupa de encontrar una buena solución para no
herir al tipo que esta adelante y para estar bien con nosotros mismos.
Ahí surge nuestra excusa.
Cuando hablamos de frente, y decimos: sabes, no me interesa porque
no me interesa y punto, dejando de lado las repercusiones, estamos
hablando desde el corazón.
Ahí surge nuestra verdad.
El temor al daño, es temor a que te pase lo mismo. Es el miedo irremediable
por el cargo de consciencia.
La llamada maldad, propia de gente catalogada insensible, es la franquesa
con la que se responde a insatisfaccion, y genera dolor, a quien la recibe
y quien la emite.
Pero, si actuamos con el corazón, estamos dando verdad, sin embargo el
cargo de consciencia nos limita y nos esclavisa: Recuerda que todo en esta
vida se devuelve.
Pero, si actuamos con el intelecto, surgen nuestras dudas. ¿Seria mas feliz
si no hubiese hecho eso? y nos esclavisamos nuevamente: El que la hace,
la paga.

El intelecto es tan limitante como el corazón y viceversa, en la medida en
que dejamos que uno nos controle. Si tuvieramos una pesa diríamos, me falta
un poco de sinceridad y nada mas que una sonrisa, y de seguro el cargo
de consciencia y las dudas dejarían de ser drama.
Pero aquella balanza no la compramos en ferreterías, la practicamos siendo
sinceros con nosotros mismos, no con nuestro corazón o intelecto. El saber
decir, yo no quiero eso para mi independiente de las influencias cardiacas o
cerebrales, estamos evitando nuestro auto-daño y mas que hacer un bien
para la sociedad, es para ti mismo.

Si pensáramos, en cuantos tipos hemos hecho palos ... y cuanto nos han hecho
palos ... entraríamos en la conclusión que hacer sufrir, y que nos hagan sufrir
forma parte de nuestra vida. El daño remedia un futuro y el pasado sustenta
nuestra experiencia. Es nuestra cualidad universal, optativa y simple, quizás
compleja para quienes lo adoren en secreto, pero concreta en nuestra vida para
diferenciarnos de los robots y comprender, que somos humanos y erramos,
pero tal como erramos, tenemos la capacidad de remediar.

No hay comentarios.: